¿Qué es el amor? ¿Es un sentimiento? ¿Cuántos tipos de amor hay? ¿Cómo podemos amar sinceramente? ¿Existe el amor verdadero? ¿Qué nos enseña la Biblia sobre el amor? Mucho se ha escrito sobre el amor. ¿Pero, acaso podemos añadir algo que haga una diferencia?
Primero, hay quienes dicen que aman, queriendo adueñarse de todo: quieren todo el poder, todo el dinero, toda la fama. Todo sólo para ellos y para nadie más. Fácilmente caen en la avaricia, llegando a decir: “Lo tuyo es mío.”
Segundo, hay otros que expresan su amor diciendo: “te quiero para mi y para nadie más.” Estas personas ven lo que aman como un objeto. Es decir, aquello que dicen amar, lo hacen de manera posesiva; no comparten lo que tienen. Dicen: “Lo mío es mío.”
Tercero, hay los aman sólo si obtienen un beneficio en sus relaciones con los demás. Estas personas aman, sólo si les aman. Su amor es un amor condicional. Dicen: “Lo mío es tuyo, siempre y cuando, lo tuyo sea mío.”
Finalmente, hay quienes aman de manera desinteresada. Estas personas aman sin esperar recibir nada a cambio. Dicen: “Lo mío es tuyo.” Esta expresión de amor la evidencia el samaritano que socorrió y cuidó a un judío agredido por unos ladrones. El samaritano dispuso de todos sus recursos para salvar al judío.
Dios ha expresado amor incondicional al mundo al entregar a su Hijo unigénito, Jesucristo, para que todo aquel que cree en él, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Este amor incondicional, derramado en el corazón de cada creyente por medio del Espíritu Santo, lo capacita para amar siguiendo el ejemplo de Cristo. Toda la ley se resume en este solo mandato: "Ama a tu prójimo como a ti mismo." Nos es fácil. No depende de si queremos o no, de si lo sentimos o no lo sentimos. Es un mandamiento, y cada creyente debe obedecer a su Señor y Salvador, demostrando así que es un discípulo de Cristo.
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